Hay cosas que pasan sin que sepamos ni cómo ni por qué. Es
más, a veces no estamos seguros ni de cuándo han empezado a suceder. Estas
cosas son sorpresas y suelen convertirse en los mejores momentos de nuestras
vidas… y en los peores. Te hallas totalmente desprevenido, desnudo por
completo, en tu cabeza no existe ni siquiera una remota posibilidad de que eso
ocurra, no figura en tu mente, ni en tu imaginación, ni en tus sueños dulces,
ni en tus peores pesadillas… not found. Pero aun asi, pasa. Es lo que tienen
las sorpresas. Podemos buscar explicaciones. Pero eso no significa que las
vayamos a encontrar. Este tipo de cosas pueden cambiar tu vida por completo.
Entre este tipo de cosas se encuentran las enfermedades que
llegan de golpe, que irrumpen, que duelen, que tienen difícil solución. Que van
matando por dentro hasta que un buen día deciden dar un pequeño aviso. Y
después otro tras otro. Las células se reproducen mientras el miedo invade tu
cuerpo. Y el de la gente que te rodea. Lo más fácil es negarlo, quedarse
parado, oponerse a avanzar, aferrarse a lo que pasa a ser pasado
nostálgicamente. Pero por desgracia, el camino fácil no suele ser el mejor. Sí,
sé lo que estás pensando. No es justo. No deberíamos sentirnos superados así de
repente sin tener tiempo a prepararnos. No es justo que algo tan pequeño cause
un daño tan grande. Pero es que siempre va a haber algo que nos supere. Los
males de hoy se acabarán, pero llegarán otros. La vida es un reto, nos pone a
prueba constantemente. Y siempre habrá cosas malas que pasan sin que sepamos ni
cómo ni por qué.
Pero también buenas…
Porque entre este tipo de cosas se encuentra también la “magia”
que surge entre aquellos que se dan cuenta de que se quieren, de que ha
aparecido un sentimiento nuevo, diferente, nunca antes detectado. Se encuentran
los momentos de repentina felicidad extrema con distintas causas. Se encuentran
los reencuentros inesperados. Se encuentran las alegrías o buenas noticias
cuando ya habías pintado una cara triste con permanente. Se encuentran las personas
que se quedan cuando pensabas que se estaban yendo. Se encuentran muchas,
muchas, muchas sonrisas.
Este tipo de cosas pueden cambiar tu vida por completo. Pero
es que la vida cambia y hay que viajar por ella, por sus mares agitados y por
sus mares en calma. Incluso cuando los mares se convierten en océanos. Entre
este tipo de cosas se encuentran las grandes pérdidas, pero también las grandes
ganancias.
Estas cosas hacen reflexionar contra la inmensidad de la
vida y lo lejos que estamos de poder controlarla, aunque a veces nos guste
creer que es así.
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